Corazón rítmico de Venezuela en la fiesta de San Juan Bautista
Caracas; 24.06.2025 (Prensa Mintur).- Cada 24 de junio, Venezuela estalla en una sinfonía de color, devoción y ritmos ancestrales para honrar a San Juan Bautista, el precursor. Esta festividad, una amalgama fascinante de fe católica y ritos africanos, transforma el país en un escenario vibrante donde la mística y la alegría se entrelazan al compás de los tambores.
Desde la víspera del 23 de junio, el aire se impregna con el resonar inconfundible de los tambores: cumacos, minas, curbatas, culo e puya y redondos, que son el alma palpitante de esta fiesta. Sus ritmos contagiosos, con toques específicos, son una invitación irresistible al baile.
Las campanas de las iglesias anuncian el inicio de la celebración, convocando a los creyentes para “vestir” al santo con sus mejores galas. La imagen de San Juan, cargada por sus promeseros, es sacada en procesión adornada con flores y cintas, entre cantos y bailes. Durante el recorrido por las calles, rinden tributo, al Santo Patrono, quien es expuesto en cada uno de los altares improvisados.
La magia de San Juan
La festividad de San Juan de Curiepe en el estado Miranda, está teñida de una magia particular. Mayeli Hidalgo, artesana y miembro de la Fundación San Juan Bautista, devota por más de 30 años, revela un dato místico de esta tradición "Para pintar a San Juan debes ir ante su imagen, pedirle que te permita pintarlo porque si no, la pintura se deforma", expresó.
Otra tradición conmovedora es la elaboración del "pan milagroso", que cada letra que deletrea "San Juan Bautista", es bendecida en la iglesia. Este alimento es considerado curativo y su receta es un legado ancestral, transmitido por Elvira Alvarado, durante más de 60 años.
La historia relaciona, la fecha de San Juan Bautista con baños de purificación. Para los devotos, los ríos y el mar proveen de energía para curarse de cualquier molestia. También la Cruz de San Juan, adornada con flores, velas y frutas, simboliza protección y honor al santo.
Otro de los atributos de esta festividad es la diversidad de sabores, de preparaciones propias de estos pueblos costeros. El cafunga, majarete, conserva de coco y las torrejas, son algunas de las delicias que puedes saborear, acompañadas de refrescantes bebidas, y el tradicional hervido que es compartido con la comunidad. Cientos de personas se acercan al lugar, a degustar de este suculento plato, mientras escuchan anécdotas del santo y sus milagros.
Algunas regiones son verdaderos corazones de esta festividad, entre ellas se destaca el estado Miranda, Aragua, La Guaira y Yaracuy. La celebración culmina el 24 de junio, cuando la imagen de San Juan es "encerrada" hasta el próximo año, aunque en algunas localidades, la fiesta puede extenderse por varios días.
Félix Orlando Corro, de 72 años miembro de la familia que custodia al santo desde 1854 en Naiguatá estado la Guaira, explicó. “Aquí en Naiguatá empieza la fiesta el 22 que es cuando se arregla el altar del santo, comienza el repique de tambores y sigue hasta el 24 con una misa y una procesión”. Resaltó que varios promeseros reciben a los feligreses, en sus casas, para que rindan honores a San Juan.
Por su parte, Florencio Ruiz, Sanjuanero de Santa Cruz en el estado Aragua detalló que la celebración en este estado se extiende hasta finales de julio con la entrega de banderas el 16 de julio, día de la Virgen del Carmen”. Asimismo, Juan Torrealba manifestó, que los niños pertenecientes a las familias sanjuaneras de Aragua, empiezan sus compromisos con el santo desde los tres años.
El día de San Juan Bautista en Venezuela fue declarada por La Unesco como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. Es una poderosa expresión de identidad, un encuentro comunitario que preserva tradiciones y mantiene viva la memoria y el espíritu vibrante de un pueblo que se resiste a perder su identidad ancestral.
Periodista: Cristal Alzolay