Diablos Danzantes enaltecen al Santísimo Sacramento en el día de Corpus Christi

 

Caracas; 19.6.2025 (Prensa Mintur). - Fe, devoción, cultura y miles de promeseros y promeseras de diversas regiones del país danzan en honor al Santísimo Sacramento del altar, una tradición mística- religiosa donde la espiritualidad de un pueblo se manifiesta a través de la oración, el baile y la fiesta. Este acto e constituye uno de los sincretismos más puros de la religiosidad venezolana, Los Diablos Danzantes de Venezuela. 

Organizados en 11 cofradías, las comunidades de Cata, Cuyagua, Chuao, Ocumare de la Costa y Turiamo del estado Aragua; San Millán y Patanemo en Carabobo; Tinaquillo en Cojedes; San Rafael de Orituco del estado Guárico; San Francisco de Yare en Miranda y Naiguatá en el estado Vargas, celebran una tradición de más de 270 años. Identidad cultural y arraigo de cada una de estas poblaciones, que cada año afianzan el fervor de esta tradición autóctona. 

Reconocida por la Unesco, como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad en 2012, promeseros ataviados con coloridos trajes y alpargatas, acompañan esta festividad mientras danzan por las calles de los pueblos al son del repique tambor típico del ritual. El ritual inicia, con su presencia ante el Santísimo Sacramento, con máscaras que cubren sus rostros, y de rodillas, orando frente a la iglesia, en señal de respeto reciben la bendición del sacerdote.

Leyendas vivientes

Francisca Palma, segundo capataz de los Diablos Danzantes de Yare, reflexiona acerca del significado de esta fecha en la cultura nacional. “Los Diablos de Yare no son una fiesta, son una promesa que se hace con el alma, los pies y con el cuerpo entero”.  Por su parte, Johan Santana promesero yarense explica la importancia de este encuentro tradicional, “aquí no se danza por moda, aquí se danza por fe”, manifiesta.

Este jueves 19 de junio, Día de Corpus Christi, Venezuela se convierte en el epicentro de una festividad que muestra la diversidad cultural del país y la proyecta en el resto del mundo. Bajo la sonoridad de la caja, tambora y maracas y cantos folklóricos, promeseros y promeseras, celebran el triunfo del bien sobre el mal. Celebra con arraigo y respeto esta tradición mítico-religiosa.

Periodista; Aura Astudillo