La Azulita: tierra de encantos naturales

Por: Edgalia Guerra.- El color verde de sus valles y los tonos azules de sus montañas, son las hermosas bondades que destacan al pueblo de La Azulita. Una sublime neblina que reposa en los árboles es parte del mágico escenario que da la bienvenida a los visitantes  que llegan a la capital del municipio Andrés Bello, ubicado a 75km del estado Mérida. Un refugio de encantos naturales, donde hombres y mujeres expresan su hospitalidad y hermandad.

Este pintoresco pueblo de casas coloniales también conocido como el “Balcón deLos Andes”, fundado en (1866), abarca terrenos brillantes de ríos, quebradas y arroyos, que vierten sus aguas en la cuenca del Lago de Maracaibo. Es así como esta tierra de tradición agrícola, resguarda valiosas historias que atraen a cientos de turistas nacionales e internacionales.

Recorrer La Azulita es sinónimo de aventura, leyenda, cultura y fervor. Posee  monumentos naturales,  y otros construidos, que cautivan a quienes lo visitan. La iglesia Inmaculada Concepción, es la segunda catedral más importante en el estado Mérida, construida en el año 1967 por sus mismos pobladores, cuya cúpula impresiona este monumento religioso.

Durante el recorrido por sus calles estrechas, la curiosidad te conduce hacia la plazoleta “La Mina”. Cuentan que es un misterioso yacimiento, de donde brota, todo el año, un caudal de agua. Este lugar fue bautizado, por sus habitantes, bajo el nombre “Inagotable fuente de ayer y siempre”.

El boulevard nuestros campesinos, también forma parte de la ruta cultural que exhibe este rincón merideño. Una escultura en ferro cemento en honor a uno de los primeros campesinos que habitaron en esta hermosa población y lleva por nombre “Don Benjamín Guerrero”.

Cuevas con historia de piratas

 

A tan solo 5 minutos de la plaza Bolívar, se encuentran “Las Cuevas del Quebrando o Cuevas del Pirata”. Es el monumento natural de mayor interés para vivir la experiencia en estas antiguas cavernas y descubrir grandes historias que resguardaban los piratas. Para sentir mayor la adrenalina, arriésgate a deslizarte por las tirolinas y caminar por los puentes colgantes.

De la siembra al Trapiche

El pueblo es considerado una zona agroproductiva, por sus cultivos de café y cacao. Posee extensas siembras de caña de azúcar, la cual es sometida a un proceso artesanal, que actualmente es referencia local. Ramón Zambrano, es uno de estos campesinos, que mantiene esta tradición de hace más de 200 años. Desde su trapiche elabora productos, derivados de esta planta ancestral.

 

El guarapo de caña, como suelen llamarle, que se obtiene de los grandes tallos de esta planta, que los pasan por la molienda. Luego de su hervor, se da paso a la cachaza; una especie de espuma que, luego de ser retirada se fermenta y destila para la elaboración del Miche Callejonero. Finalmente, surge la melaza, la cual se extiende y es dividida en paneles de madera para presentar el papelón

 

Es cotidiano observar en los puestos camineros estos productos, en especial el Miche, cuyo sabor y olor, son el sello andino que atraen a turistas y lugareños. EL trapiche de Ramón produce, en su mayoría, más de 700 panelas de azúcar  diarias. Manifestó que, a corto plazo, tiene un proyecto de dosificación para aumentar la producción.

 

 En la Azulita el turismo deportivo también se pone de manifiesto.  El evento internacional “Vuelta a la Azulita”, está certificado como una disciplina ecoturística que reúne todos los años a más de dos mil ciclistas nacionales y extranjeros. Este año arriba a sus 25 años, para mostrar una vez más, los parajes andinos de este recorrido, donde abunda una naturaleza viva.

 

Fotos: Tulio Ponce